Porque todo cae a mis hombros.
No hay nada que yo haga que no sea parte de la rutina eterna de todos los días.
Las sorpresas, desagradables en su mayoría, son siempre las mismas.
Si, harta.
Porque todos mis días son iguales.
Porque nada cambia.
Y todo parece estar en pausa. Una pausa extraña.
Un suspenso. Una compleja función de “stop”
Si, harta.
Las pequeñas cosas que cambian solo pasan a peor.
No es que no sepa que me pasa.
Tampoco tengo una idea muy clara.
Solo sé cómo me siento. Simplemente puedo decir que estoy harta.
Harta, y no voy a poder salir de esto. Me supera.
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