sábado, 22 de octubre de 2011

Angustia

Hoy me levanté como todos los días, y como hago habitualmente, me quedé diez minutos mirando al techo, pensando lo largos que son miércoles.
 Mi viejo parece tener el objetivo fijo de herirme verbalmente, siempre que se le da la oportunidad, generalmente, a la mañana, tempranito, así la amargura me dura todo el día.
 Si, lo sé. Últimamente estoy muy sensible.
 No entendía nada, y cuando salí afuera, llorando, realicé el camino más raro yendo al colegio.
 Estaba andando por la calle, maldiciendo mi bicicleta rota, a mis viejos, a Salta, a todo lo que me rodeaba. Lloraba. Estaba tan harta... mi viejo me puteaba... bah, ya ni siquiera recuerdo porqué y yo me puse a escuchar la radio con mis auriculares puestos.
 Pensaba en lo mucho, lo muchísimo que te extraño y te necesito y creo que todo estaba planeado para deprimirme, porque cuando empezé a recordarte sonó en la radio "Wish You Were Here". Aún... sigo llorando.
 Nunca había apreciado lo hermosa y profunda que era esa canción, nunca como hasta ahora.
 Mientras pensaba en vos, en vos y en nadie más que vos, lloraba, por tu culpa, por la mía, por los dos y causa, culpa y relación de ello. Lloraba lo que no lloré nunca y debería haber llorado largo tiempo atrás. 
 Entonces, me paré, en medio de la vereda, me agarré los pelos con las manos, como queriendo arrancármelos, y me puse a pensar... "que demonios hice, no, no, no seas estúpida, anda... es tarde... ya está... déjate de joder..."
 Y sentí lo mismo que cuando llamé a mi mejor amiga en un momento de culpa, necesitando alguien que me contuviera...
 Unas intensas y decididas ganas de suicidarme en tiempo y lugar.
 Te necesito.
 P.A.G.

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